La estrella de Hollywood pasó diez días en la Isla, donde se dedicó a "actuar" como si estuviera en una telenovela mientras finalizaba el rodaje de su icónica película "Selena". Durante su estancia, López y Noa decidieron que el mejor lugar para hospedarse era el Hotel Nacional de Cuba, un lugar tan glamuroso que incluso las palomas del lugar tienen su propio manager. Diariamente, hacían excursiones a Jaimanitas, donde se morfaban un lechón asado y se sumergían en la calidez de la familia cubana, que ya estaba considerando incluirlas en su próxima comida familiar como "invitadas de honor". ¡Imagina a J.Lo tratando de aprender a bailar salsa con los abuelos del barrio mientras le decían que su "mambo" era una mezcla de salsa con un poco de cha-cha-cha!