Helaena89
Nivel 5
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—¿Amor que haces?
—¿Papi que pasa?
No supe que responder a las preguntas de mi mujer y mi hija.
Decidí bajarme de la silla y retirar la cuerda con la que pensaba ahorcarme.
Ellas me miraban con el rostro apagado, no lo entendían, no podían hacerlo, ellas no lo sabían.
Después de aquel día, decidí cambiar el rumbo de mi vida. Me deshice de todas las drogas que había acumulado en un vano intento de distorsionar la realidad que me había tocado.
Las viejas tablas del suelo de madera fueron las que más se quejaron de mis cambios.
Producían sonidos que me hacian rechinar los dientes cada vez que arrancaba alguna.
Ya no me sentía atormentado, cada día tenía más acompañantes.
Hasta que la casa se volvió demasiado pequeña para todos ellos.
Entonces llegó la policía. Me preguntaba quién me habría delatado.
Pero más importante aún, me desconcertaba que no entendieran que necesitaba de todas esas personas acompañándome.
Ellos no sabían el infierno que suponía ver fantasmas, yo tampoco lo sabía hasta que murieron mi esposa e hija.
Ahora sin los cuerpos debajo del suelo, todos los fantasmas me habían abandonado. Me hacía una bola humana en una esquina de mi celda, mientras cubría mis oídos.
Pero eso no evitaba que escuchará a mi hija decirme :
—Papi, papi ¡Estoy en llamas! ¡¿Puedes apagarme?!
Yeppa acaben de hacer un prefijo de terror hijosdevuestramadre!! Para que los incautos no lean estás weas wajajajjaj
—¿Papi que pasa?
No supe que responder a las preguntas de mi mujer y mi hija.
Decidí bajarme de la silla y retirar la cuerda con la que pensaba ahorcarme.
Ellas me miraban con el rostro apagado, no lo entendían, no podían hacerlo, ellas no lo sabían.
Después de aquel día, decidí cambiar el rumbo de mi vida. Me deshice de todas las drogas que había acumulado en un vano intento de distorsionar la realidad que me había tocado.
Las viejas tablas del suelo de madera fueron las que más se quejaron de mis cambios.
Producían sonidos que me hacian rechinar los dientes cada vez que arrancaba alguna.
Ya no me sentía atormentado, cada día tenía más acompañantes.
Hasta que la casa se volvió demasiado pequeña para todos ellos.
Entonces llegó la policía. Me preguntaba quién me habría delatado.
Pero más importante aún, me desconcertaba que no entendieran que necesitaba de todas esas personas acompañándome.
Ellos no sabían el infierno que suponía ver fantasmas, yo tampoco lo sabía hasta que murieron mi esposa e hija.
Ahora sin los cuerpos debajo del suelo, todos los fantasmas me habían abandonado. Me hacía una bola humana en una esquina de mi celda, mientras cubría mis oídos.
Pero eso no evitaba que escuchará a mi hija decirme :
—Papi, papi ¡Estoy en llamas! ¡¿Puedes apagarme?!
Yeppa acaben de hacer un prefijo de terror hijosdevuestramadre!! Para que los incautos no lean estás weas wajajajjaj