Anonymous
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¿Crees que los vampiros no existen? No es del todo cierto. Podemos decir que no existen en la actualidad, y que de hecho, la mayoría de las historias que se cuentan sobre ellos, como los poderes que se les atribuyen, son falsas.
Sin embargo, eso no significa necesariamente que la historia no conozca escalofriantes casos de vampiros, o al menos, personas a las que les agradaba la sangre de los demás, literalmente. Existen investigaciones en torno a los vampiros que arrojan algunos casos supuestamente reales. les hablarè sobre tres de ellos que se asemejan mucho al concepto de vampiro que tenemos hoy.
Jure Grando, ‘El Primer Vampiro’
Jure Grando nació en la península de Istria, en Croacia, allá a principios del siglo XVII, en la localidad de Kringa. Su vida fue la normal para un campesino de la época, vida humilde y trabajando de sol a sol para poder sobrevivir. Pero realmente su historia comienza tras su fallecimiento. Jure Grando muere en 1656 por causas desconocidas. Y lo “divertido” del caso llega al poco tiempo de recibir cristiana sepultura. Al buen señor, contra todo pronóstico después de muerto, le dio una noche por volver del otro mundo y hacerle una visita sorpresa a su señora esposa. Según su viuda, el difunto le visitaba sonriente y jadeante por las noches. La sumía en un profundo sueño, para posteriormente abusar sexualmente de la pobre mujer y además succionarle la sangre en el cuello. Nos podemos imaginar el pánico que sentiría la pobre mujer ante tan desagradable y sobre todo, fría visita.
Elizabeth Báthory, ‘La Condesa Sangrienta’
Su nombre auténtico era Erzsébet (Isabel, en castellano) Báthory, pero la historia la conoce como La Condesa Sangrienta, por su afición a secuestrar y torturar a muchachas de los alrededores, cuya sangre se bebía para conservar la eterna juventud. Al menos eso testificaron quienes siguieron el proceso contra ella en unos tiempos convulsos. De clase alta e irresponsable, fue la gobernante absoluta de la zona hoy conocida como Eslovaquia, y con la ayuda de tres de sus siervos, torturó sádicamente hasta la muerte entre 100 y 650 niñas. Y es que nunca sabremos el número exacto. Se casó con un noble, Ferenc Nadasdy, un héroe nacional de Hungría de las guerras contra los turcos. Aunque se conocen asesinatos antes de la muerte de su marido en 1604, después pareció haberse vuelto totalmente desquiciada. Se instaló en Čachtice y más y más niñas comenzaron a desaparecer de los pueblos de los alrededores. Se dijo que llegó a quedarse sin víctimas para saciar sus hábitos, y comenzó a atraer a víctimas de las familias de clase alta, que empezaron a ver cómo sus hijas desaparecían. En diciembre de 1610, Bathory fue detenida junto con tres de sus funcionarios, que fueron torturados y quemados en la hoguera. Ella no fue llevada a juicio, pero se atrincheró en el Castillo de Čachtice, donde murió el 21 de agosto 1614.
Vlad Tepes, ‘El Empalador’
Pero, si estamos hablando de historias impactantes de ‘vampiros reales’, no quedan dudas de que Vlad Tepes se lleva todos los flashes. Y es que Vlad III, más conocido como Vlad Dracul («el empalador»), señor feudal de los Cárpatos, fue príncipe de Valaquia, un territorio de la actual Rumanía, que vivió en el siglo XV y aterrorizó a sus súbditos con asesinatos en masa. Se cree que liquidó a más de 100.000 personas, aproximadamente el 20% de la población, y que disfrutaba asistiendo a muertes lentas que incluían torturas, descuartizamientos y sobre todo empalamientos, de donde le viene su siniestro apodo, pero no parece probable que mordiera cuellos. Fue un tirano y un guerrero cruel, pero no un vampiro. Esa cualidad le fue atribuida en las narraciones germánicas y rusas inspiradas en la mitología rumana del vampirismo.
Sin embargo, eso no significa necesariamente que la historia no conozca escalofriantes casos de vampiros, o al menos, personas a las que les agradaba la sangre de los demás, literalmente. Existen investigaciones en torno a los vampiros que arrojan algunos casos supuestamente reales. les hablarè sobre tres de ellos que se asemejan mucho al concepto de vampiro que tenemos hoy.
Jure Grando, ‘El Primer Vampiro’
Jure Grando nació en la península de Istria, en Croacia, allá a principios del siglo XVII, en la localidad de Kringa. Su vida fue la normal para un campesino de la época, vida humilde y trabajando de sol a sol para poder sobrevivir. Pero realmente su historia comienza tras su fallecimiento. Jure Grando muere en 1656 por causas desconocidas. Y lo “divertido” del caso llega al poco tiempo de recibir cristiana sepultura. Al buen señor, contra todo pronóstico después de muerto, le dio una noche por volver del otro mundo y hacerle una visita sorpresa a su señora esposa. Según su viuda, el difunto le visitaba sonriente y jadeante por las noches. La sumía en un profundo sueño, para posteriormente abusar sexualmente de la pobre mujer y además succionarle la sangre en el cuello. Nos podemos imaginar el pánico que sentiría la pobre mujer ante tan desagradable y sobre todo, fría visita.
Elizabeth Báthory, ‘La Condesa Sangrienta’
Su nombre auténtico era Erzsébet (Isabel, en castellano) Báthory, pero la historia la conoce como La Condesa Sangrienta, por su afición a secuestrar y torturar a muchachas de los alrededores, cuya sangre se bebía para conservar la eterna juventud. Al menos eso testificaron quienes siguieron el proceso contra ella en unos tiempos convulsos. De clase alta e irresponsable, fue la gobernante absoluta de la zona hoy conocida como Eslovaquia, y con la ayuda de tres de sus siervos, torturó sádicamente hasta la muerte entre 100 y 650 niñas. Y es que nunca sabremos el número exacto. Se casó con un noble, Ferenc Nadasdy, un héroe nacional de Hungría de las guerras contra los turcos. Aunque se conocen asesinatos antes de la muerte de su marido en 1604, después pareció haberse vuelto totalmente desquiciada. Se instaló en Čachtice y más y más niñas comenzaron a desaparecer de los pueblos de los alrededores. Se dijo que llegó a quedarse sin víctimas para saciar sus hábitos, y comenzó a atraer a víctimas de las familias de clase alta, que empezaron a ver cómo sus hijas desaparecían. En diciembre de 1610, Bathory fue detenida junto con tres de sus funcionarios, que fueron torturados y quemados en la hoguera. Ella no fue llevada a juicio, pero se atrincheró en el Castillo de Čachtice, donde murió el 21 de agosto 1614.
Vlad Tepes, ‘El Empalador’
Pero, si estamos hablando de historias impactantes de ‘vampiros reales’, no quedan dudas de que Vlad Tepes se lleva todos los flashes. Y es que Vlad III, más conocido como Vlad Dracul («el empalador»), señor feudal de los Cárpatos, fue príncipe de Valaquia, un territorio de la actual Rumanía, que vivió en el siglo XV y aterrorizó a sus súbditos con asesinatos en masa. Se cree que liquidó a más de 100.000 personas, aproximadamente el 20% de la población, y que disfrutaba asistiendo a muertes lentas que incluían torturas, descuartizamientos y sobre todo empalamientos, de donde le viene su siniestro apodo, pero no parece probable que mordiera cuellos. Fue un tirano y un guerrero cruel, pero no un vampiro. Esa cualidad le fue atribuida en las narraciones germánicas y rusas inspiradas en la mitología rumana del vampirismo.